Sandrine Charraut
Artista
"Erase una vez una niña parisina a la que llamaban Sandrinette que vivía en los suburbios de la ciudad de la luz. Para escapar de una infancia difícil, su padrino Louis a quien Sandrinette bautizó como Vivi, le enseñó a dibujar. Primero dibujos torpes, después más elaborados, y en todos ellos, un gran sol que iluminaba toda la escena. Quizá aquella infancia oscura impulsó la necesidad que Sandrinette tenía y aún conserva de iluminar todo lo que está a su alrededor.
Es un comienzo como otro cualquiera, pero fue mi comienzo. El mejor que pude tener. Primero fue la pintura y luego fui descubriendo el arte en todas sus formas: fotografía, escultura, manualidades… A los 20 años, en una Expo en París, compro mi primera pintura, una litografía de Valadié. Cuando conocí a Valadié me enamoré inmediatamente de su manera de usar la luz, del azul de su mar y cómo no, de esa misteriosa mujer de la parte de atrás.
Empecé el estudio de varias técnicas usando algunos libros, de manera totalmente autodidacta.
Con esta formación rudimentaria pinté mis primeras acuarelas en Irlanda. Tomé un curso de Arterapia en Barcelona y en Toulouse fui discípula de Rita di Benedetto con la que aprendí dibujo, pastel y tinta-acuarela. Ella es la que realmente me enseñó a observar y a dibujar. Pero fue en Pamplona con Begoña Barber donde aprendí las claves de la pintura al óleo.
Ecléctica y cosmopolita, apasionada por los viajes, adoro sumergirme en las costumbres allí donde estoy, me encanta encontrarme en reuniones inusuales e inesperadas, me gusta mucho la fotografía, capturar el momento, mirarlo desde diferentes ángulos, captar escenas de la vida o expresiones faciales. Paso horas dibujando en las terrazas de los cafés o en la playa.
Aquella niña que lo sigue siendo en su corazón, continúa poniendo ese gran sol en las postales de su día a día, un sol que enfoque lo positivo de su vida y la de los demás, una manera de mirar el mundo que no ha dejado seguramente de ser nunca una forma de sobrevivir.
Animada por mi entorno, por la intuición de que tengo que hacerlo y por la necesidad de compartir con vosotros Mis Colores de Vida, creo este lugar con el que me gustaría poder poner un poco de mi sol en vuestras miradas.
SAN
Opinan los amigos
Resulta tan subjetivo describir una amiga muy cercana y, más aún, a una artista…
Si os parece comienzo con mi primer encuentro con San: fue en un taller de dibujo al que asistí hace muchos años. El contacto fue espontáneo y muy cálido. San era una mujer joven, sonriente, abierta, muy ordenada, atenta y bastante extrovertida. Enseguida, San ocupa el espacio con cierta apariencia de autoconfianza.
Rápidamente descubro que ella es una persona solar que te atrapa. San atrae LUZ sobre ella.
A medida que avanzó nuestra amistad, descubro su extrema sensibilidad, descubro que es aplicada, concentrada, reflexiva, con mucha intuición, una sorprendente determinación y tenacidad para alcanzar los objetivos que se propone. Posee también una fina curiosidad por la gente y el mundo que lo rodea. Y luego,… sus dudas, sus miedos y sus debilidades internas.
Y es aquí donde nuestra luz revela su lado más oscuro.
LUZ y SOMBRA
Luz y sombra que son todo lo necesario para expresarse sobre el lienzo: así es SAN CHA como artista.
Apasionada por los viajes, San nos cuenta a través de fotos bien elegidas sus sentimientos, su percepción del momento presente. Cuando todo reposa, ella arroja estos sentimientos, sus emociones y recuerdos en pinturas muy coloridas.
Paisajes, encuentros de personajes que se inmortalizan en lienzos vivos, delicados y conmovedores que rara vez dejan indiferente. San combina arte y viajes uniéndolos de manera inseparable con su conciencia y la su forma de entender la vida. Su paleta y estilo son refinados, intensos y más firmes y seguros según pasa el tiempo.
Gracias San, amiga y artista, que permites en este lugar descubrir y compartir con otras personas tus obras.
COLINE HUG.
Contorno rápido, sombreado fuerte, amalgama intensa de colores y por encima de todo una mirada profunda ... San es así; el sol brilla en el lienzo como en sus fotografías, incluso aunque no esté presente en el modelo original; la luz lo envuelve todo desde la perspectiva investigada, mientras que el punto focal surgió como en una escenografía.
Su alegría por la vida es real, a veces algo aplanada por la oscuridad de una puesta de sol, a veces explosiva como una naturaleza impresionista; sin embargo, la orientación de sus obras es original, no trivializada por la ausencia de energía o refinamiento.
El estilo visual y artístico de San es fumeux, quizá porque todavía lo está buscando o porque su vida no le permite tener uno.
Con la fotografía es más sencillo: su ojo captura la imagen antes que la máquina y generalmente es la última la que falla; una pintura lleva más tiempo, una reflexión más larga, que el color se seque, es más difícil que la idea y la técnica alcancen un equilibrio.
Por esto San no puede todavia pintar usando la técnica de Dripping.
Por encima de todo, el marco emotivo es claro, en San prevalece la naturaleza, la arquitectura de la fe, oscura y contorneada. Toda su obra es un gran lienzo en el que se resaltan los colores del corazón.
Creo que su estilo es no es muy reconocible porque, por un lado, San Cha es demasiado tímida para presumir de tener uno y demasiado consciente para seguir el de los demás.
En una mezcla de certeza de inseguridad, me quedo mirando sus cuadros y lienzos y lo que sigo admirando es la "luz".
MD